miércoles, 28 de enero de 2009

"Bien hecho es mejor que bien dicho"


La frase anterior ha sido una de las que más ha marcado mi vida, sin lugar a dudas, Benjamín Franklin era un hombre sabio.

Cuántas veces no hemos dicho "ahora si..." y a fin de cuentas nos quedamos en la intención y no en la acción. Retomando el hecho de que debemos dejar de esperar que las demás personas cambien ¿cómo esperamos que las cosas sean diferentes si no alteramos ningún elemento?

En cualquier aspecto de nuestra vida (amor, economía, amistad, salud) no podemos esperar que haya mejorías si no somos capaces de modificar aquello que sabemos que nos hace daño.

Pareciera como si a nosotras, las mujeres, nos encantara el papel de mártir, quizá sea más fácil desempeñar ese rol. Sin embargo, no nos podemos quejar de algo que nosotras mismas hemos provocado. 

Un claro ejemplo lo tenemos en las relaciones de pareja nos pasamos la vida quejándonos de lo que nos hizo nuestro  "cujeo  "significant other"  pero lo que es un hecho es que ahí seguimos. Esperando que "cambie" o que reconozca lo mucho que nos necesita y lo importantes que somos para el. 

¡Qué triste que estemos tan ansiosas por recibir de otros algo que en realidad necesitamos darnos a nosotras mismas! Toda esa atención que demandamos de manera incisiva es la que en realidad necesitamos pero no de un tercero. 

Aprendamos a estar con nosotras mismas, atendamos nuestras necesidades primordiales. Porque cuando una mujer está satisfecha con SU vida y no hay quien la pueda alejar de esta, es en ese momento cuando aquel significant other  o cuje entenderá que no tiene que cargar con alguien que depende de él sino que puede competir con un igual y de ésta manera concebir el compartir proyectos de vida. 

Por todo lo anterior, no sólo digamos "ahora si...ésta es la última vez" mejor ejecutemos acciones y tengamos DIGNIDAD.

Hay que amar la vida CON o SIN  porque cuando no esperas nada primero es porque no  necesitas  nada y segundo no te llevas fuertes decepciones.